domingo, 13 de diciembre de 2009

Lo que nunca será

A Shizuma,

Me siento mal, pero creo que lo superaré. Ni si quiera tengo ganas de llorar. Es más bien la decepción lo que me invade ahora. Qué tío más gilipollas. Me encantaría saber qué pasa por esa cabeza suya. No comprendo a los hombres y jamás lo haré. Las mujeres somos más complejas, pero más sencillas para mí. Y mejores en muchos aspectos. En fin, el único hombre que despertó la curiosidad en mí no ha llegado a ser más que un proyecto. Pues nada, Capitán Kirk, a otra cosa.

Menos mal que el Jueves me vuelvo a casa, porque no sé si sería capaz de aguantar este malestar aquí, sin los míos. Necesito más que nunca que mi madre me abrace. Ver a mi BFF. Pelearme con mi hermano. Y tirarme en el sofá de mi casa. Conducir mi Vespa y oler mi City.

Odio esta situación. La odio con todas mis fuerzas. Porque me siento impotente y desarmada. Y eso me jode. Porque soy orgullosa y fuerte, pero al mismo tiempo me siento débil. Y no quiero pensar que lo que pudo haber sido nunca será. Porque de verdad que yo quería que fuese. Y aún quiero. Pero sé que no será. Aunque en algún recóndito lugar de esta retorcida y compleja mente, se esconde un mínimo de esperanza que quiere con todas sus fuerzas que el capullo del Capitán Kirk dé señales de vida.

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